Mensaje a la II Conferencia de Líderes y XVII Congreso de la ODCA Caracas Venezuela

La Habana, 25 de Octubre de 2003.

Distinguidos participantes:

Reciban un saludo solidario de la membresía del Proyecto Demócrata Cubano con nuestro reconocimiento por el apoyo moral que continuadamente brindan a la sociedad civil emergente cubana y a sus organizaciones.

El tema escogido en la convocatoria de la II Conferencia de Líderes: "Los desafíos políticos de la democracia en América Latina", nos invita a reflexionar sobre la situación de nuestro país cuyos ciudadanos, atrapados dentro de una democracia socialista de vitrina por ya casi 45 años han visto desaparecer muchos de sus derechos económicos, civiles y políticos como pago social por el disfrute de determinados niveles de salud y educación públicas aparentemente gratuitas.

Para intentar comprender cómo y por qué hemos llegado hasta aquí podemos analizar los acontecimientos de los últimos meses de marzo y abril en los que, luego de juicios sumarísimos de los que solo se tienen antecedentes en los realizados durante la opresiva dominación colonial española a los combatientes independentistas de entonces, fueron sancionados a penas que oscilan entre los 6 y 28 años de privación de libertad 75 compatriotas1. Estas personas, opositores pacíficos, miembros de la prensa alternativa y activistas de la sociedad civil, fueron acusadas de conspirar junto a una potencia extranjera - Estados Unidos - para derrocar al gobierno establecido en la isla. Otros tres jóvenes corrieron peor suerte y fueron condenados a muerte y ejecutados por dirigir el secuestro de una embarcación de transporte de pasajeros para marcharse al sur de la Florida.

Muchos en el mundo se preguntan cómo ha sido posible que un régimen que fue sorprendido por la desaparición del llamado campo socialista con la Unión Soviética al frente, que perdió económicamente no sólo la subvención de ésta, sino el 85% de su comercio exterior y que se ha visto obligado a reinventar su ideología, haya sido capaz de mantenerse obstinadamente opuesto a una apertura política democrática haciendo uso, inclusive, de medidas coercitivas excepcionales que estaban previstas desde finales de los años 90 del pasado siglo pero que no habían sido aplicadas hasta el presente.

Respuestas hay muchas, pero se pudiera hablar de una resistencia de las autoridades al cambio y a la renovación proporcional a la magnitud de la injerencia de los gobiernos norteamericanos en los asuntos internos de Cuba.

Es incuestionable que la oposición pacífica había ganado espacios difusos durante la década de los 90 del pasado siglo. Esto se constató durante la Cumbre Iberoamericana de La Habana y de alguna manera las autoridades del gobierno iban tolerando el desarrollo de estas actividades, no sin accionar en su contra eventual y/o coyunturalmente pero denotando cierta permisibilidad en la dirección de reconocer el hecho de la existencia de opiniones diferentes a la oficialista.

En los primeros años del nuevo siglo las autoridades permitieron la recogida de firmas para el Proyecto Varela y, por primera vez, respondieron una propuesta de la oposición política.

Esta situación cambió bruscamente luego de las actitudes provocadoras e irrespetuosas de representantes de la Oficina de Intereses de los EE.UU. en Cuba que espolearon la ofensiva de los meses de marzo y abril del presente año con estas últimas detenciones y enjuiciamientos2.

En declaraciones sobre el tema y ante la exigencia de grupos conservadores cubanoamericanos del sur de la Florida que son acreedores de favores electorales a la actual administración norteamericana, el Sr. Roger Noriega, subsecretario de Estado para América Latina, afirmó recientemente que la prueba de la actividad del actual gobierno de EE.UU. en la lucha contra el castrismo eran esos 75 detenidos.

El pasado 10 de octubre el propio presidente de esa nación, George Bush, declaró en Washington la creación de una oficina dirigida por el Secretario de Estado, Sr. Colin Powell que lo asesoraría sobre la transición a la democracia en Cuba. El presidente aseguró que en Cuba no había voluntad de cambio, pero que Cuba tiene que cambiar.

Se repite el ciclo provocado por las elecciones en los EE.UU. y la importancia del voto cubanoamericano en el estado de la Florida.

La Unión Europea que supuestamente debería desempeñar una fuerza de equilibrio en la confrontación entre Cuba y EE.UU. decidió apoyar las políticas de este último y apostó por el aislamiento al régimen cubano, lo que significa también aislar a Cuba e, indirectamente, justificó de esta manera tanto la estrategia del bloqueo a la isla como las políticas injerencistas y agresivas estadounidenses3.

Los regímenes totalitarios se caracterizan por el uso y abuso del control desmedido de las personas, sus relaciones y hasta de los espacios que ocupan, así que el aislamiento les resulta conveniente.

Nuestra organización ha abogado constantemente por la necesidad de crear escenarios favorables a la renovación de la sociedad cubana. De potenciar el diálogo crítico-constructivo a todos los niveles tanto con las autoridades de la isla como con los diversos representantes de la sociedad civil emergente. Hemos manifestado en todos los foros nuestra convicción de que las políticas punitivas, irrespetuosas e injerencistas de los sectores más conservadores de EE.UU. hacia Cuba deben cesar y que se deben abrir nuevas puertas a las relaciones y los intercambios entre ambos pueblos y naciones.

Diversa es la oposición cubana, como diversa y plural es la democracia y diversos son los caminos por los que pretendemos alcanzar la justicia social, el estado de derecho y el bien común. Ahora mismo nuestra organización junto a otras está promoviendo una Carta de Derechos y Deberes Fundamentales de los Cubanos. La misma fue presentada a la opinión pública nacional e internacional el día 16 de septiembre pasado, por lo que hemos propuesto celebrar simbólicamente esa fecha como el Día del Respeto a la Diferencia.

Recabamos del universo democristiano, muy especialmente de la ODCA, el apoyo y la solidaridad para con este nuevo empeño de la oposición pacífica independiente cubana.

Les reiteramos nuestros votos por el éxito del cónclave que los concierta y les ratificamos el testimonio de nuestra consideración,

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General