Cuba, una Mirada Analítica a los Primeros Meses de 2005

La Habana, 1 de Junio de 2005.

Introducción

Han transcurrido los primeros cinco meses del actual año 2005 y, tal y como habíamos anticipado en el documento Cuba: reflexiones de 2004, este se está comportando de un modo “(…) singular para los cubanos, colmado de sensibles expectativas y de multiplicadas responsabilidades”.

Por estas circunstancias y por la trascendencia de los acontecimientos que se han venido produciendo es que adelantamos algunas opiniones sobre estos en el ámbito del tiempo acontecido.

En esta oportunidad nuestras visiones serán ofrecidas partiendo de enfoques puntuales de los actores más importantes que, de alguna manera, participan en lo que se ha dado en llamar “el tema cubano”.

El gobierno de Cuba

Las autoridades cubanas, en correspondencia con la llamada Batalla de Ideas y, espoleadas por el Dictamen de la Comisión de Ayuda para una Cuba Libre del gobierno de los Estados Unidos, han continuado enfrascadas en una acelerada campaña que abarca los campos de la economía, la sociedad y la política.

Con relación al primero, el aumento del ingreso mínimo que reciben los pensionados así como el incremento proporcional del monto de las prestaciones de la seguridad social, más la elevación del salario mínimo que devengan los trabajadores, aparentemente, apuntan a crear una nueva imagen del interés estatal por reducir las penurias de estos sectores. Tales incrementos, traducidos al cambio actual por pesos convertibles, sitúan las pensiones a partir de 6,25 pesos convertibles mensuales y al salario mínimo a 10,40. Aunque estas cifras resultan realmente simbólicas provocan una cierta expectación, enmarcada en la promesa de las autoridades de que continuarían incrementándose en el futuro cercano.

En otra dirección, fue revalorada la moneda nacional, tasándose de 26,00 a 24,00 ahora por cada peso cubano convertible y se aumentó el gravamen sobre el dólar estadounidense impuesto el pasado año, situándose actualmente alrededor del 18% de descuento por unidad.

Si por una parte, el aumento de los salarios y las prestaciones de la seguridad social benefician de alguna manera a determinados grupos sociales, estas otras medidas financiero-monetarias afectan a aquellos que reciben remesas de sus familiares desde los Estados Unidos, ya restringidas por las últimas regulaciones del gobierno norteamericano que las limitan a 100 dólares mensuales por persona, regulando además tanto a quiénes califican para enviarlas como para recibirlas: padres, hijos, hermanos y cónyuges.

A todas luces, parecen ser medidas compensatorias de las autoridades cubanas por los incrementos realizados a las pensiones y los salarios, las cuales no podemos cuantificar por la ausencia de información económica sobre el monto de las remesas que se reciben en el archipiélago.

Otro asunto abordado tiene que ver con la sustitución del combustible de uso doméstico, en este caso gas licuado, por la electricidad. Para el primero se realizaron inversiones durante los últimos años en gran parte del territorio nacional con la intención de solucionar un grave y añejo problema: la energía con la cual cocinar los alimentos. Durante el periodo especial este fue uno de los problemas más álgidos de la cotidianidad de la familia cubana y aún lo es para muchas. Al parecer, la escalada de los precios del petróleo, los que se han mantenido alrededor de los 50 dólares el barril y por ende también los precios del gas, con la tendencia al alza provocada por la guerra en Iraq, han impulsado este nuevo programa. Más allá de las promesas sobre la solución electroenergética nacional, a las que los cubanos no nos hemos acostumbrado en los 46 años transcurridos y, teniendo en cuenta la posición geográfica de nuestro archipiélago caribeño y la incidencia al paso de ciclones tropicales o huracanes, no debe ser nada halagüeño lo que nos depara el futuro, producto de la vulnerabilidad de las redes de transmisión eléctrica. La interrogante que surge es: ¿Son los técnicos los que proponen estos programas o los políticos?

A estos propósitos se han dedicado decenas de horas de programación televisiva, en las que se han mostrado toda una serie de enseres eléctricos de variados modelos y fabricantes como ollas, cocinas, hornillas, refrigeradores, ventiladores y cachivaches de todo tipo dirigidas, no solo a estimular a las amas de casa, sino a promover el ahorro de energía eléctrica y portadores energéticos.

Oportunamente y, aprovechando los temas referentes a las cocinas, se prometen nuevas ofertas de productos de consumo, antaño tradicionales en los hábitos de los cubanos, como el chocolate y el café, con la intención nada velada de crear sentimientos esperanzadores de que, al fin, comienzan a tomarse en cuenta las insatisfacciones de la extenuada audiencia nacional.

En los temas sociales continúan, en el mismo marco de la susodicha Batalla de Ideas, la puesta a punto de la red nacional de policlínicas y centros de rehabilitación así como el desarrollo de las actividades de los trabajadores sociales en la comunidad. Sin embargo, para el primero, los planes de colaboración médica con el exterior continúan afectando los servicios que deben prestar estas instituciones de salud.

En cuanto a los problemas sociales acumulados que atañen a la juventud, se ha denunciado en las últimas semanas, por defensores de los derechos humanos, la aplicación nuevamente de la llamada Ley de Peligrosidad. Los ambientes en los que participan personas de estas edades tempranas se han tornado, por lo general, desordenados y peligrosos. Pero la violencia no solo se manifiesta en las calles, también en las cárceles. En el Combinado del Este se produjeron disturbios que causaron 5 víctimas fatales entre los reclusos, según la Comisión Cubana de DD.HH. y Reconciliación Nacional. Estas informaciones, generalmente, no trascienden a la población a pesar de declaraciones de las autoridades que refieren que somos uno de los países mejor informados. En todo caso, sucesos como estos se publican en nuestro patio cuando ocurren fuera de él.

En la esfera de la política, la que implica también todas las acciones anteriores, las cuales se supeditan a ella, las autoridades cubanas se han volcado, fundamentalmente, en la lucha por conseguir la extradición a Venezuela del terrorista internacional de origen cubano Luís Posada Carriles, quien apareció casualmente en Miami buscando asilo político.

Tras esta nueva ofensiva mediática contra el terrorismo, que ha ido creciendo en la misma medida en que se buscan referencias en la historia más reciente, cuando las llamas de la guerra fría encendieron tres continentes: Asia, África y América Latina, se han difuminado los resultados del 61er Periodo de Sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas efectuado en Ginebra, Suiza, entre los meses de marzo y abril pasados.

Como se ha hecho ya casi habitual en este politizado foro anual, Cuba perdió la votación sobre la resolución que la mantiene bajo el escrutinio de esta Comisión, resolución realizada esta vez directamente por los Estados Unidos. Pero lo más significativo en esta ocasión fue la composición de las votaciones. Ningún país de América Latina votó a favor de Cuba. Argentina y Brasil se abstuvieron, junto a Perú, Ecuador, Paraguay y la República Dominicana. Otros cuatro países: Guatemala, Honduras, Costa Rica y México, votaron a favor de la resolución contra Cuba. Una muestra más del nivel que ha alcanzado el aislamiento de las autoridades del archipiélago, producto de su política discriminatoria en el tema de los derechos económicos, civiles y políticos del pueblo cubano.

Otro asunto pendiente que ha regresado al ostracismo se refiere a los 71 prisioneros de conciencia que continúan en las cárceles junto a otros presos políticos pacíficos, que suman ambos alrededor de 300 y entre los cuales se encuentran muchos que calificarían para ser amnistiados por problemas de edad y salud bajo licencias extrapenales. Este proceso de excarcelación selectivo se detuvo y es crucial que continúe hasta que no quede ningún cubano encarcelado por emitir libremente su pensamiento.

La oposición pacífica

Los días 20 y 21 de mayo se produjo, finalmente, la reunión de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil. Aunque nuestra organización no participó sí se mantuvo al tanto de sus incidentes y resultados más relevantes.

En nuestra opinión, este evento sirvió, en primer lugar, para reafirmar que: tal como es plural la democracia participativa a la que aspiramos, plural es la oposición pacífica interna cubana.

En el espacio de esta pluralidad se ha ratificado que: constituir una organización opositora pacífica independiente no es solo un asunto de discurso, sino de praxis. Las entidades políticas no solo se identifican por sus adversarios, sino también por sus asociados.

Como resultados negativos queremos apuntar solo dos: El primero se refiere al modo en que los celos e intereses personales pueden contribuir a introducir la sospecha y la desconfianza en el seno de la oposición, como contribución gratuita a quiénes nos prefieren anatematizados. El segundo trata sobre la marcada intolerancia de las autoridades, que, por la razón que sea, permitieron la realización de esta reunión y, sin embargo, no facilitaron la participación de visitantes procedentes de la Unión Europea.

Los Estados Unidos

En relación con el gobierno norteamericano, ya en las conclusiones de nuestro informe Cuba: reflexiones de 2004 anticipábamos que el presente 2005 sería muy singular pues el comienzo del segundo periodo presidencial de George W. Bush lo ubicaba en ese contexto.

A las últimas medidas agresivas tomadas en el marco del Dictamen de la Comisión de Ayuda para una Cuba Libre hay que añadir ahora la bochornosa actitud asumida ante el caso del terrorista Luís Posada Carriles, que pone en tela de juicio la credibilidad –si es que queda aún algún crédito– de la política antiterrorista asumida por la Casa Blanca. Los entornos geopolíticos continúan enrareciéndose peligrosamente. Finalizando mayo, increíblemente el Gral Bantz John Craddock, jefe del Comando Sur y exdirector de asesoría militar del actual Secretario de Defensa Ronald Rumsfeld declaró que le preocupaba la presencia de terroristas en Cuba (¿…?).

Esta y diferentes declaraciones de variada naturaleza y de variados funcionarios continúan complicando la situación en nuestra área, por lo que todos los cubanos debemos elevar nuestro sentido de responsabilidad en los tiempos que corren.

Nuestra organización opositora pacífica independiente privilegia, ante todo, el respeto a la no intromisión en los asuntos que solo son de la competencia del pueblo cubano. Nosotros somos los llamados a trabajar por la democratización de la sociedad cubana, por devolver la soberanía al pueblo y por construir nuestra historia nacional y, para que este proceso sea legítimo y viable solo necesitamos que nos acompañen con la solidaridad, no con la injerencia.

La Unión Europea

Sobre las posiciones de la UE en el tema de la democratización de Cuba y el apoyo a nuestra lucha por el respeto de todos los derechos humanos de los cubanos, la libertad incondicional de los presos de conciencia y de los prisioneros políticos pacíficos, confirmamos nuestro respaldo a las posiciones avanzadas por el gobierno español para proseguir el diálogo crítico-constructivo con las autoridades del archipiélago y ampliarlo con la sociedad civil y, por mantener el levantamiento de las medidas diplomáticas impuestas por la Unión Europea. Parafraseando unas palabras expresadas por F. Mitterrand en el año 1985, reafirmamos nuestra posición en esta materia: Es necesario que Europa se convierta realmente de nuevo en el principal protagonista de su propia historia y que pueda desempeñar en toda su magnitud el papel de factor de equilibrio y estabilidad en las relaciones entre Cuba, la oposición pacífica independiente y los Estados Unidos de América.

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General