Reflexiones Desde Cuba Sobre el 2004

La Habana, 5 de Enero de 2005.

Introducción

Hace apenas unos días hemos sido testigos presenciales del 46 aniversario de uno de los ejercicios de poder autoritario ininterrumpido más prolongado en toda la historia conocida de la humanidad: la aún nombrada revolución cubana.

Gracias a esta circunstancia, entre otras, Cuba se mantiene en el ámbito, casi vocacional, de los records. Foco constante de atención estos han producido toda una suerte de estados emocionales en la sociedad que van de la sorpresa a la indiferencia o de la gratitud a la alabanza.

Pero la consecuencia más significativa que este fenómeno ha provocado ha sido la fractura de la sociedad misma.

Así las cosas, pareciera que de esta manera nos comportamos consecuentemente con nuestras tradiciones. Estas nos remiten a los inicios, cuando a pesar de haber sido de los primeros colonizados en América fuimos de los últimos en independizarnos de la metrópoli española y por demás no sin la comprometedora ayuda de nuestros vecinos norteños.

Luego, cincuenta y siete años de confusa práctica republicana, asistida y vigilada, no permitieron el desarrollo de una cultura democrática nacional desde y hacia nosotros mismos.

Más tarde, la impronta del actual sistema absolutista impuesto al pueblo cubano, que se aprovechó precisamente de estas carencias democráticas para obtener sus fines y del enfrentamiento unas veces real, otras virtual, pero siempre conveniente a un enemigo irracional y obcecado, también ha influido negativamente en el desarrollo de la tan necesaria cultura democrática nacional.

Esta situación ha lastrado la consecución del estado de derecho y el ejercicio real de la soberanía popular y sus manifestaciones no son sólo patrimonio de los estamentos del poder, sino que han pasado a formar parte del ser y el quehacer del ciudadano medio como sujeto político actual.

Estas consideraciones, expuestas en otras ocasiones por nuestra organización, nos proporcionan claves imprescindibles para reflexionar sobre los acontecimientos presentes y del pasado que puede ser tan reciente como el año 2004. De él expondremos algunas visiones, desde nuestra óptica, en las esferas de la política, la economía y la sociedad. La opinión es nuestra, la información utilizada es la ofrecida por el gobierno cubano.

Política

Si el año 2000 estuvo marcado por el caso del niño náufrago Elián González, evento que generó el comienzo de la nombrada Batalla de Ideas, en el pasado 2004 el más significativo lo fue el dictamen de la Comisión de Ayuda para una Cuba Libre, dado a conocer el 6 de mayo por el gobierno de los Estados Unidos. Este documento, de corte intervencionista y que se adelantaba aproximadamente 6 meses a las elecciones presidenciales, recomendaba al reelecto presidente George W. Bush aumentar la presión en varias direcciones, económica, política y social para, supuestamente, acelerar la transición de Cuba hacia la democracia. El informe, de seis capítulos y algo más de 400 páginas, no sólo proponía el incremento del injusto e ilegal bloqueo, sino que pretendía, evidentemente, granjearse el favor y el voto de los sectores cubanoamericanos más conservadores residentes en los EE.UU.

Este nuevo y garrafal error de la política de la Casa Blanca con relación a Cuba, en nuestra opinión, no solamente sirvió para aumentar el sufrimiento y las dificultades de un considerable sector de la población cubana vulnerable, sino que renovó y potenció las motivaciones de la llamada Batalla de Ideas dirigida por las autoridades del archipiélago en su afán por recobrar y mantener el ambiente épico de la revolución guerrillera. Revolución instalada en el poder hace ya 46 años gracias, entre otras cosas, a la generosa y prolífera colaboración argumental de los gobiernos norteamericanos de la que este Dictamen y esta Comisión de Ayuda para una Cuba libre son un ejemplo más.

Las autoridades cubanas, como era de suponer, reaccionaron rápidamente esgrimiendo la necesidad de defenderse ante esta nueva agresión. Entre las medidas de contingencia tomadas se destacaron:

  • La desdolarización de la economía interna
  • El incremento de los precios minoristas en moneda convertible
  • El gravamen de un 10 % al cambio del dólar por el peso convertible cubano
  • El retorno al centralismo estatal en la toma de decisiones
  • El reforzamiento de la política aislacionista profundizada durante el año 2003 y que tuvo su colofón en el diferendo suscitado entre México y Cuba en el mes de mayo de 2004, casualmente en la misma fecha del anuncio del susodicho Dictamen y que se conoció como el caso Ahumada. Aunque posteriormente fue resuelto, sirvió para dar una medida del grado de crispación de la política internacional con relación a Cuba y desde Cuba.

A estas medidas parece que correspondieron también los ejercicios nacionales de la Defensa Civil puestos en práctica durante la amenaza del huracán de gran intensidad Iván, en su trayectoria de Este a Oeste por el sur del archipiélago y su posterior paso por el extremo más occidental de la provincia de Pinar del Río. Más tarde, y en la misma dirección, fueron realizados los ejercicios militares Bastión 2004 entre los días 13 y 19 de diciembre último. Maniobras estas de gran magnitud que no se hacían desde la década de los 80 del siglo pasado y que van en el sentido de reforzar la militarización de la sociedad.

Esta nueva situación de crisis también sirvió de comodín para justificar el congelamiento de los espacios del debate político y para continuar demonizando toda iniciativa que, desde la sociedad civil propicie el diálogo con las autoridades del gobierno.

Pero no todo fue tribunas, marchas, crispaciones u operativos policiales. Durante el último trimestre comenzó un positivo proceso de distensión de las relaciones diplomáticas entre algunos países europeos, comenzando por España. Las autoridades cubanas liberaron algunos prisioneros de conciencia de la causa conocida por los 75, beneficiándolos con licencias extrapenales por motivos de salud. Al finalizar el año un Grupo de Expertos del Consejo de la Unión Europea para América Latina, COLAT, recomendó la suspensión de las sanciones diplomáticas contra Cuba.

Esta vuelta a los intercambios diplomáticos con algunos países de la Unión Europea (UE) augura un mejor ambiente en el 2005, para las negociaciones en que ambas partes pudieran retomar el diálogo crítico-constructivo, recuperando la Unión Europea una posición de equilibrio independiente ante las ya tradicionales de enfrentamiento entre Cuba y los Estados Unidos.

La liberación de los prisioneros de conciencia que aún guardan prisión y la amnistía de todos los presos políticos pacíficos, no sería solo un acto de justicia y benevolencia, sino que ayudaría a crear los escenarios deseables para estos procesos negociadores. De igual manera este gesto, coadyuvaría a avanzar en la construcción de los espacios necesarios para el diálogo entre todos los cubanos, pues Cuba está urgida de un proceso inclusivo de apertura política basado en el reconocimiento y respeto de las diferencias y en cuya agenda la reivindicación de todos los derechos humanos para todos y la búsqueda de la justicia social y la paz sean objetivos fundamentales.

Este año 2005, en el que se inaugura el segundo mandato presidencial de George W. Bush, la mejor respuesta a sus reiteradas amenazas injerencistas, en nuestra opinión, sería iniciar en Cuba un proceso inclusivo de apertura política basado en el diálogo y privilegiando, como primeros objetivos la reivindicación del respeto a todos los derechos humanos para todos y la paz.

Economía

En Cuba este título es bien plural, mejor decir “las economías”. En primer lugar y la más importante para el Estado, la macroeconomía, la de las estadísticas. En esta todo se articula, se corresponde, se equilibra y funciona. Es el rostro para los medios de comunicación y, por supuesto, para el exterior. Tradicionalmente principia por el Producto Interno Bruto (PIB) que según el informe oficial rendido a la Asamblea Nacional fue del 5% de crecimiento en 2004, alcanzando los 36 453 millones de pesos a precios constantes, en una medición que utiliza un método, según el informe “más ajustado a nuestra realidad” que el tradicional PIB. Método creado por los economistas del Estado en el que se valoran los servicios sociales no mercantiles, subvalorados en el sistema habitual. Un aporte de las ciencias matemáticas cubanas a la economía. La CEPAL consideró un PIB del 3% para el mismo periodo en América Latina.

El informe apunta un crecimiento en las exportaciones a un ritmo elevado, 32,5% superando la cifra de los 2 mil millones de dólares, algo que no sucedía desde 1991. El turismo creció 7,6% alcanzando 2,05 millones de turistas, incrementando sus ingresos en un 15%. El desempleo descendió al 2%, cuando en América Latina la tasa es del 10%. Según el Director Regional para esta área y el Caribe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, los llamados objetivos de desarrollo del milenio para alcanzar en 2015 adoptados por las Naciones Unidas, que incluyen avances en educación, salud, alimentación, protección el medio ambiente y otros indicadores sociales básicos, sólo Cuba y Barbados cumplen con el avance hacia esos objetivos.

Está la otra economía, la interna, en la que – siempre según informes oficiales – se lograron crecimientos en la producción agropecuaria como por ejemplo 5% en viandas, 2% en hortalizas, 1% en plátanos, 3% en frijoles y 3% en frutales.

En la industria alimenticia: 5,2% de yogurt, 44% de leche evaporada, 11% de carnes en conserva. A pesar de haber sido un año seco y del paso de dos ciclones o huracanes, en 2004 se alcanza un consumo per cápita de nutrientes estimado en 3 305 kilocalorías y 85,5 gramos de proteínas diarias, por encima de las normas necesarias validadas por expertos de la FAO.

En cuanto al ingreso medio, que incluyó salarios y los sistemas de estimulación, este alcanzó los 354 pesos, sin considerar las gratuidades.

De la industria azucarera se habla poco. La que antaño fue la locomotora de la economía cubana en la actualidad y tardíamente realiza una zafra, quizá la más reducida de los últimos tiempos, con una producción anunciada de alrededor de 1,8 millones de toneladas con 56 centrales en activo.

En el periodo se efectuaron importantes cambios estructurales y organizativos en la industria turística y en otros sectores con la implantación de una mayor disciplina y control.

Entre las medidas más importantes tomadas durante el año están: la resolución 80-2004 de 23 de octubre del Banco Central de Cuba que establece la desdolarización de la economía interna sustituyendo el dólar por el peso cubano convertible en la circulación monetaria y gravando el cambio del dólar por pesos convertibles cubanos en un 10%. Y la resolución No 90-2004 de 29 de diciembre que dispone un mayor control de los gastos en divisas de las entidades cubanas. En el primero de los Resuelvo esta plantea: “A partir del 1º de enero de 2005 todos los ingresos en moneda convertible que hoy recibe la Caja Central por conceptos de aportes, impuestos, recaudaciones, u otros serán depositados en una cuenta en el Banco Central de Cuba denominada Cuenta Única de Ingresos en Divisas del Estado, controlándose centralmente la asignación de estos recursos”.

A lo largo del año 2004, siempre según el informe rendido a la Asamblea Nacional, se han venido ejecutando un conjunto de decisiones que continuarán en el presente 2005, con el objeto de reordenar la gestión económica y erradicar los aspectos negativos detectados.

Entre dichas decisiones pueden mencionarse:

  • Una reducción sensible de las empresas que operan en divisas.
  • La rebaja de precios y tarifas en divisas.
  • El cobro en moneda nacional de un grupo de producciones y servicios que anteriormente se facturaban en divisas.
  • La limitación de las facultades para la aprobación descentralizada de contratos y créditos en divisas.
  • El establecimiento de nuevas regulaciones para el ejercicio del comercio exterior.
  • La revisión y ajuste de los objetivos sociales de 5988 empresas y unidades presupuestadas.

Hay dos palabras clave que sobresalen en todas estas medidas: control y centralización. Y estas inciden en la otra economía, la economía real del ciudadano de a pie.

Ya en octubre pasado, sin mucha publicidad, se eliminaron 40 renglones o actividades de las posibles autorizadas para los trabajadores por cuenta propia. Muchas de las no eliminadas se mantienen congeladas y no se entregan nuevos permisos o autorizaciones.

Sobre la canasta básica familiar continúan gravitando los elevados precios de los productos del agro. Aquellos renglones regulados por cartillas de racionamiento mensual y subvencionado por el Estado satisfacen sólo la tercera parte de la demanda per cápita de estos productos normados.

Los salarios básicos representan un estimado entre 10 y 20 pesos convertibles mensuales en un mercado de productos liberados dolarizados y con contradicciones tales como que el portero de un centro recreativo o gastronómico de área de divisas puede ganar varias veces más que un profesional universitario, incluyendo médicos especializados. Esto sin pretender analizar cómo sobrevive una persona jubilada de la tercera edad cuando el monto de la jubilación que percibe es inferior a los salarios y sin otras retribuciones, salvo la asistencia de salud y hospitalaria gratuitas y algunos servicios básicos subvencionados, como comedores populares y casas de abuelos.

Estas circunstancias vivenciales nos remiten a otra de las economías, la subterránea o informal, conocida también como bolsa negra o izquierda.

En esta economía sobrevive, inmersa y atrapada, la mayoría de la población, siempre bajo el temor de que alguna ilegalidad está cometiendo.

La palabra clave en esta categoría económica es resolver. Aquí sí no cuentan las estadísticas, ni las kilocalorías per cápita, ni los porcientos del PIB, ni los pronósticos de la FAO. Se trata, fundamentalmente, de sobrevivir en un mercado enrarecido en el que se combinan la escasez, la necesidad y la corrupción.

También este es el espacio económico popular de las muchas preguntas sin respuesta que van desde el cuestionamiento sobre la ausencia endémica de carne roja de res de la dieta del cubano medio hasta por qué en nuestros campos ya el marabú compite con la palma real.

En este ámbito, las diferencias en la calidad de vida de las personas depende más del medio donde se desenvuelvan que de la capacidad cognoscitiva que posean. Las que no se relacionan con el área dolarizada, el turismo, las remesas o las esferas administrativas del poder quedan marginadas.

El año 2005, por lo que anunció el 2004, promete ser igual o peor a lo que lo precedieron, pues la experiencia ha demostrado que el centralismo autoritario y el control omnímodo son contrarios al desarrollo de cualquier economía.

Sociedad

Ante este nuevo atrincheramiento del Estado cubano, ahora con argumentos actualizados y renovados por la llamada Comisión de Ayuda para una Cuba Libre, la población se muestra confundida, frustrada e indefensa.

La acumulación de carencias materiales, de servicios básicos y de infraestructura fundamentales, entre los que se destacan la vivienda y el transporte, alrededor de los cuales se reproducen otras necesidades no resueltas como pueden ser el abasto de agua, las redes de alcantarillado, la distribución de energía eléctrica o sencillamente el estado de caminos vecinales, calles y carreteras, gravitan sobre el ciudadano medio y conforman un entorno social del cual no vislumbran manera de mejorar o cambiar bajo las actuales condiciones sistémicas.

La sociedad asiste al auge, tanto del mesianismo revolucionario, como de otro enajenado y místico que pretende transformar el mundo a su imagen y semejanza.

Nuevamente las prioridades retornan a la defensa de la soberanía nacional y la independencia de la cual, el estado, siempre se ha atribuido el monopolio. Esta situación y la ubicuidad de los cuerpos policiales obliga a la población a la doblez conductual y a postergar sus esperanzas aperturistas y de cambio.

Son muchos los cuestionamientos que ahora tropezarán con la discrecionalidad informativa ya tradicional y el reforzamiento del secreto estatal ante el incremento de la hostilidad del «enemigo imperialista». Asuntos tan importantes y trascendentes como conocer si el monto de la ayuda solidaria internacionalista que, generosamente, se destina al exterior de diferentes formas es proporcional a los recursos potenciales del archipiélago; y qué incidencia tiene esta en la pobreza y en el actual nivel de la calidad de vida de un sector importante de la población.

En cuanto a este tema de la calidad de vida, a pesar de los magníficos índices de salud que se han alcanzado, como este último de 2004 de 5.8 de mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos, subsisten aún problemas de escasez de medicamentos y de profesionales de la medicina en ocasiones.

La educación continúa un proceso experimental en vivo, con jóvenes profesores emergentes en diferentes niveles de enseñanza, lo que conspira contra la calidad del aprendizaje. Se universaliza la educación superior atomizando las universidades, en otro proyecto experimental sobre la marcha que ha provocado encontradas opiniones por su carácter antiacadémico.

Así transcurrió la vida del cubano medio el pasado 2004, entre amenazas de intensos huracanes tropicales y de grandes poderes de dominación de dentro y fuera del archipiélago. En una lucha constante por la sobrevivencia y a la espera, unas veces compartida y comentada, las más en silencio, del cambio que mejore sus condiciones de vida. Esta espera también encierra las inquietudes por emigrar de una parte significativa de la población, en su mayoría joven, que son los más afectados ante las limitaciones materiales de todo tipo y por las reglas paralizantes del no se puede.

Este sector generacional presenció cómo la apertura al turismo extranjero y a cierto capitalismo de estado, durante el llamado Periodo Especial, exacerbó determinadas lacras sociales como la prostitución, la drogadicción, el proxenetismo y la delincuencia, fenómenos consustanciales a sociedades de economías de libre mercado o capitalistas. Sin embargo, las ventajas de estos mismos sistemas en cuanto a libertades económicas y de otro tipo fueron bloqueadas, salvo algunas actividades como el cuentapropismo, siempre hostigado y desestimulado. Observan cómo se evidencias desenfadadamente privilegios, determinados por las funciones y jerarquías sociales y cómo estos se transmiten en la cadena filial o familiar y de relaciones de compromisos.

La sociedad se enfrenta ante las imágenes de una televisión complaciente en la que todo al parecer se está resolviendo o ante una prensa que funciona como medio de propaganda gubernamental; siempre justificando errores y destacando avances, como los que se han venido produciendo en el campo de la investigación, de la biotecnología, los medicamentos o la ingeniería genética. Lo que no hace más que ratificar lo expuesto por el historiador Fernand Braudel cuando aseveró que: “Es indudable que en el campo de la investigación, el autoritarismo resulta positivo”.

Conclusiones

La primera señal que se evidencia, tras esta rápida ojeada al panorama vivencial en Cuba durante el año 2004, es que sobran razones y motivos que nos convocan a continuar trabajando por la transición pacífica a la democracia.

El 2005 promete ser un año muy singular para los cubanos, colmado de sensibles expectativas y de multiplicadas responsabilidades. El comienzo del segundo periodo presidencial de G. W. Bush lo enmarca en ese contexto. Al menos, esa es una de las señales que el 2004 ratificó. Incremento de la política agresiva e indiferencia por la opinión de la comunidad internacional, repetida, por decimotercera ocasión, en la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando esta aprobó, 179 votos a favor y 4 en contra, el cese del bloqueo al archipiélago.

Pero, si injusto es este acto, casi tan añejo como la propia revolución que pretende defenestrar, injusto es continuar parapetado detrás de él para justificar el inmovilismo, la intolerancia y la violación de los derechos económicos, civiles y políticos del pueblo cubano. La democratización y la búsqueda de la justicia social, son urgencias inaplazables para la continuidad misma de la nación y tenemos el deber, todos, de asumirlas. El punto de partida común no debe ser otro que el respeto a la dignidad de la persona humana y a las diferencias, desde la ética.

Es en este derrotero que nuestra organización continuará proponiendo y apoyando el programa de transición pacífica pactada contenido en la Plataforma Común, y todos aquellos que, como los 6 Pactos y 6 Pasos del Consenso Progresista, apuntan hacia ese objetivo. De la misma manera, promoverá la solución negociada de los conflictos y el desarrollo del multilateralismo en el ámbito de las relaciones internacionales.

Si algo debemos enterrar es la violencia, el terrorismo, la opresión, la injerencia, la intolerancia, las injusticias sociales y la guerra de agresión, para resueltamente enarbolar, todos los cubanos dignos, estemos donde estemos, junto a la bandera, nuestras esperanzas de paz, justicia y libertad.

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General