Declaración del 10 de Diciembre

La Habana, 10 de Diciembre de 2011.

Conmemoramos el 63 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos sin haber conseguido aún que las autoridades cubanas ratifiquen e implementen los pactos de derechos civiles y políticos y económicos, sociales y culturales de las Naciones Unidas. Este trascendente paso es fundamental para el inicio de un proceso de refundación nacional basado en un nuevo y plural pacto social en el marco del estado de derecho.

Hasta el presente, la dirección del gobierno autoritario solo ha permitido reconocer determinadas libertades, siempre imbricadas en el contexto de la apertura del trabajo por cuenta propia y dependientes de las categorías económicas, nunca de las políticas.

La sociedad cubana ha recuperado, luego de la aprobación en abril del 2011 por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, de los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”, algunas capacidades que les fueron conculcadas desde los primeros años del proceso revolucionario. Entre otras, la posibilidad de vender y comprar un automóvil o una vivienda; la facultad de poseer una pequeña finca para la producción agropecuaria; la propiedad privada de unidades de servicio gastronómico de hasta cincuenta capacidades y el desarrollo del trabajo cuentapropista en más de 180 renglones.

Estas renovadas formas para la producción y los servicios privados, generan nuevas relaciones entre los bancos, las oficinas de cobro de impuestos y los cuentapropistas. Regresan los servicios contables, los crediticios, las tenedurías de libros, las declaraciones juradas para el pago de tributos y otras calificaciones que se habían perdido en el proceso de implantación del totalitarismo estatal. Ahora además, los ciudadanos cubanos pueden alojarse en cualquier hotel —algo que nos fue prohibido increíblemente— podemos poseer un teléfono móvil, o comprar una computadora.

Lo que aún no podemos disfrutar son los derechos a navegar por el internet desde nuestras casas; a entrar o salir de nuestro país sin la obligatoriedad de un permiso del ministerio del interior; a ver extinguida la categoría de salida definitiva del país para los inmigrantes cubanos; a prescribir el abusivo impuesto del 10% del valor total, con el que las autoridades cubanas gravan las remesas que son recibidas en dólares americanos para familiares y amigos en Cuba; a contar con una sola moneda para el pago de todas las obligaciones económicas de los ciudadanos cubanos dentro de nuestras fronteras; a recibir servicios públicos de calidad como los de salud, educación y transporte, los que hemos pagado ya con creses durante más de cincuenta años; a asociarnos libremente como ciudadanos en instituciones privadas para fines sociales, culturales, religiosos o políticos; a sindicalizarnos en sindicatos libres e independientes; a ejercer el derecho a la huelga; a demostrar pública y responsablemente nuestras demandas sociales y políticas; a escoger a nuestros gobernantes en elecciones libres y plurales, mediante el voto directo y secreto; en fin: a vivir en un estado democrático de derechos.

Comenzando el presente mes de diciembre, fue fundada la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la República Bolivariana de Venezuela. Treintaitrés naciones participaron de este acto fundacional; de entre ellas, solo Cuba está regida por un solo partido y su presidente, por tanto, ha sido candidato único en las llamadas elecciones del Poder Popular; y de ellas, solo Cuba no reconoce a la oposición política y no permite el pluripartidismo.

Para el inicio del próximo año 2012 está programada la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba. Se puede considerar a esta, como una segunda fase del pasado VI Congreso, en la que se tratarán los temas de organización, funcionamiento y estilo de trabajo, entre otros. Aunque en el proyecto del “Documento Base” de esta conferencia no aparece ningún inciso que precise el tema de la diversidad política, este marco pudiera ser el adecuado para tratar este asunto. El inciso 1.8. parece ser el único que permitiría cierto acercamiento a la cuestión. Dice este:

1.8. Ante esta perspectiva debe estimularse un clima de máxima confianza y crearse las condiciones necesarias a todos los niveles para el más amplio y sincero intercambio de opiniones, tanto en el seno del Partido como en su relación con los trabajadores y el pueblo. Esto permitiría en un marco de respeto y compromiso, la expresión de ideas y conceptos diversos, de modo que las discrepancias se asuman como algo natural.

Las autoridades cubanas no deberían dejar pasar esta oportunidad única, para poner en la palestra este vital tema. Solo el reconocimiento de la diversidad política nos acercará realmente a la democracia y solo así comenzaremos a dejar de ser la excepción totalitaria de Nuestra América.

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General