Cuba, Algunas Opiniones de Actualidad

La Habana, 22 de Julio de 2010.

Como es conocido y a pesar de que los pronósticos no eran favorables a que las autoridades cubanas, bajo presión, amnistiaran a prisioneros políticos pacíficos y de conciencia, este proceso liberador comenzó y ya más de una decena de ellos se encuentra en España. Esta semana, según informaciones a la prensa del canciller español Miguel Ángel Moratinos, llegarán a Madrid otros ex reclusos con sus familiares, los que sumados a los once que arribaron anteriormente elevarían a alrededor de veinte el número de los allí refugiados. Las noticias sobre estos asuntos para los nacionales del patio han estado, como siempre, limitadas, aunque en esta oportunidad y gracias a que es la Iglesia Católica en Cuba la mediadora, algunas informaciones se han dado a conocer.

No pudo imaginar seguramente el prisionero político mártir Zapata Tamayo, lo que desencadenaría con la huelga de hambre que le costó la vida. Este luctuoso suceso, junto a las valientes y desafiantes marchas de las Damas de Blanco y, como colofón, la inédita y conmovedora huelga de hambre y sed de Guillermo “Coco” Fariñas por la liberación de los presos políticos y de conciencia movilizaron, mediante la prensa internacional, tanto a la opinión pública como a la oficial de todo el orbe. Las coincidencias de estos acontecimientos con las gestiones españolas para promover un cambio en la política europea para con las autoridades cubanas, demoviendo la llamada Posición Común, unidas al interés de estas autoridades por facilitar la apertura del turismo estadounidense a las islas y con la campaña por la liberación de los cinco agentes cubanos presos en cárceles norteamericanas ayudaron, en nuestra opinión, a que se concretara este proceso para lo cual ha sido clave la intercesión de los obispos católicos cubanos, en especial de Su Eminencia el Cardenal Jaime Ortega Alamino.

Haciendo referencia a las coincidencias es interesante recordar que las detenciones de marzo del 2003 del llamado grupo de los 75 coincidieron con el inicio de la guerra en Iraq. Este acontecimiento sirvió, de alguna manera, como cortina de humo para desviar la atención de la opinión pública internacional sobre lo que estaba sucediendo en Cuba. Ahora las llamadas crisis de Irán y Corea parecen jugar un papel semejante, pero en la dirección opuesta: la liberación de estos prisioneros de conciencia.

Según fuentes gubernamentales españolas, el gobierno cubano está dispuesto a liberar a todos los presos políticos pacíficos. Esto fue ratificado por el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Sr. Ricardo Alarcón de Quesada esta semana, quién añadió que los que quisieran permanecer en Cuba podrían hacerlo. El asunto ahora es bajo cuáles condiciones, puesto que no solo se trata de no estar obligados a abandonar el país, lo que constituiría per se una violación más de los derechos humanos de estos compatriotas pues la liberación no debe estar condicionada por la deportación. Se trata de la inserción de ellos en la sociedad cubana, con las garantías de todos los derechos ciudadanos inherentes a personas que trabajan pacíficamente por la pluralidad democrática. Por otro lado como es conocido, la presencia de presos políticos en Cuba ha sido consustancial al régimen cubano durante todo su periodo de gobierno. Si no se dejan sin efecto las leyes que reprimen y coartan la libre participación ciudadana en los asuntos públicos y se respetan los derechos ciudadanos recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, más adelante otros prisioneros políticos continuarán ocupando las cárceles —aunque no se quiera reconocer esa categoría de presos— y la actual amnistía se convertirá solo en un relevo de víctimas del poder autoritario. Los cambios imprescindibles hacia la pluralidad democrática y el respeto de todos los derechos humanos para todos son el camino para evitar este injusto círculo de oprobio.

Esperamos que el desarrollo de esta incipiente circunstancia liberadora propicie nuevas visiones tanto desde Cuba como hacia Cuba, las que coadyuven a impulsarnos hacia la modernidad, la justicia y el bien común. Nuestra nación no debe continuar viviendo en el pasado y todos los cubanos, estemos donde estemos, tenemos el deber de ayudar a proyectarla hacia el futuro y la paz.

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General