II Foro Internacional “Inseguridad, Dolor Evitable, Acciones Para la Paz”

La Habana, 24 de Agosto de 2009.

Distinguidos participantes:

Ante todo reciban un cordial saludo desde Cuba de la membresía del Proyecto Demócrata Cubano, con nuestros votos por el éxito del evento que nos reúne.

La acertada convocatoria para debatir y proponer acciones en el interés de colaborar a paliar la inseguridad en nuestras sociedades latinoamericanas y caribeñas es ya, de por sí, un propósito encomiable.

Aunque este flagelo es un fenómeno universal, relacionado a diferentes factores que lo potencian como son, en primer lugar, las guerras de cualquier índole, el terrorismo, ya sea desde el estado o contra el estado, y otros —que pueden ser tanto de origen socioeconómicos como culturales, religiosos o políticos—, en nuestra región estamos asistiendo en la actualidad al incremento del causado por el narcotráfico.

Las noticias sobre el narcoterrorismo refieren que solo en México, en los pasados 3 años, ha ocasionado más de 9,600 víctimas; que en los últimos, según la DEA (Agencia de Lucha Antidrogas de los EE.UU.), se han introducido al menos, 200 toneladas de cocaína y una cantidad similar de heroína en Norteamérica por un valor mínimo de $5,800 millones de dólares americanos.

En unos países se produce, generalmente en los más pobres, en otros se trafica y, finalmente, en los más ricos se distribuye y consume. Este ciclo certifica la corresponsabilidad de todos los implicados e infiere la necesidad de una acción compartida y coordinada en el enfrentamiento a esta pandemia.

Pero no es solo el tema de las drogas; existen otros desafíos a enfrentar por nuestros países en el ámbito de la inseguridad como: el tráfico de personas, los secuestros, la violencia contra la mujer y los niños o el trabajo infantil. La interrogante que se plantea es si las jóvenes democracias americanas podrán resolver esta situación sin afectar los derechos fundamentales de los ciudadanos, ya de hecho afectados por estos azotes. Entonces algunas miradas se dirigen hacia los modelos populistas de nuevo y viejo cuño e, incluso, hacia el mismísimo régimen cubano. Es cierto que en Cuba, como no existe democracia, con todas las libertades y justicias que esta debe garantizar a los ciudadanos, apoyado en un sistema de control total, al estado todopoderoso le es más fácil enfrentar estas situaciones. Pero el costo social en cuánto a derechos y libertades es impagable. Hay que encontrar una solución en la que no se quebrante el estado de derecho. De ahí la importancia que concedemos a esta iniciativa de la ODCA en la dirección de buscar alternativas democráticamente viables.

En nuestra opinión lo más importante es la voluntad política y social de enfrentar este desafío. Desde la persona humana, la familia, la sociedad toda, deben participar en el enfrentamiento a estos males. Concertados sociedades y gobiernos, entre los que no se debe excluir a ninguno, seguramente, más temprano que tarde, se podría alcanzar el éxito. Éxito que se sustenta en el desarrollo social, económico y político de nuestros países. Es esa la verdadera gobernabilidad que necesitan nuestros pueblos.

Muchas de las acciones que necesariamente se deben implementar para garantizar este objetivo, fueron enunciadas durante la conferencia taller de la ODCA, realizada en la ciudad de Miami en los primeros días del año 2008, “Agenda Democrática para las Américas del Siglo XXI”. Aunque la crisis económica actual aún no se había manifestado, las recomendaciones planteadas en el documento final de esa cita mantienen su valía.

El Proyecto Demócrata Cubano ratifica su solidaridad con todos los que, de una manera u otra, han sufrido tanto física como moralmente las desgarraduras producidas por la violencia de cualquier naturaleza, en especial con aquellos del hermano pueblo mejicano.

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General