Mensaje al Evento “Solidaridad Latinoamericana al Encuentro con Cuba”

La Habana, 14 de Marzo de 2008.

Distinguidos participantes:

Reciban un saludo desde Cuba junto a nuestro agradecimiento por el apoyo solidario que le brindan al pueblo cubano en su histórico bregar por conquistar, pacíficamente, las libertades, la justicia y sus derechos democráticos.

Un acercamiento a la realidad cubana de hoy se focaliza, incuestionablemente, con el nuevo equipo de gobierno que se constituyó el 24 de febrero del presente año y que preside, el general de ejército Raúl Castro.

Este proceso, que se inició el 31 de julio del año 2006 con la enfermedad del expresidente Fidel Castro y que culminó con su decisión de no aceptar la reelección en las últimas elecciones del pasado enero, puso fin a la llamada sucesión y, de alguna manera, reafirmó desde lo institucional el ya inevitable comienzo hacia los cambios en las diferentes esferas de la sociedad cubana del archipiélago.

Es significativo que el primer acto público de carácter internacional realizado por el nuevo presidente haya sido la entrevista con el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Tarsicio Bertone, en el Palacio de la Revolución en ciudad de La Habana. Por las declaraciones del propio dignatario eclesial esta visita fue considera como exitosa, por la importancia de los diferentes temas tratados y por lo que promete para el futuro de las relaciones entre las partes.

Otros hechos relevantes fueron, sin lugar a dudas, la firma de los Pactos de DD.HH. relativos a los derechos civiles y políticos y económicos, sociales y culturales de las NN.UU. y la continuación de las conversaciones sobre diferentes temas, incluidos los de derechos humanos, entre los gobiernos de Cuba y del Reino de España. Producto de estas conversaciones fueron liberados 7 prisioneros políticos, 5 de los cuales viajaron inmediatamente a la península Ibérica.

Estos eventos, junto a otros de diferente naturaleza, nos invitan a pensar que estamos asistiendo a la creación de nuevos ambientes y escenarios propios de los contextos de transición democrática.

Pero no somos ilusos, conocemos que el objetivo, declarado por las nuevas autoridades, es dar continuidad al régimen establecido hace ya casi 50 años y preservar el poder político. Sin embargo, estos propósitos son inconsistentes con las acciones que, el propio desarrollo de la sociedad, les ha conminado a realizar. Ya se anuncian nuevas medidas, se anulan viejas restricciones y se proponen reinventar nuevos aparatos de dirección estatal.

En cuanto a las relaciones con el exterior se recomponen con México y se auguran nuevas conversaciones con la Unión Europea luego de la visita a Cuba del Comisario para el Desarrollo y la Colaboración Sr. Louis Michel.

Por nuestra parte, el Proyecto Demócrata Cubano, identificado con las expectativas de transición pacífica que se vislumbran en la actualidad, ha decidido reimpulsar el programa conocido como “Plataforma Común para un proyecto de nación” y ponerlo nuevamente a la consideración de las autoridades del gobierno cubano. Este programa de transición, presentado y entregado a las autoridades por primera vez durante el año 1999, fue realizado por varias organizaciones opositoras pacíficas y sindicales de diferentes signos del interior del archipiélago cubano con la colaboración de otras radicadas en la diáspora. Alguno de los firmantes de este programa guardan aún prisión en cárceles de la isla mayor, detenidos durante la primavera de 2003 como parte del grupo conocido como de los 75.

En un documento reciente, refiriéndonos a estos temas, afirmamos:

Pero conocemos que todo este proceso es complejo, de nuevos pactos, de respeto y reconocimiento entre los sujetos que participamos en ellos, de derrumbar barreras y construir puentes. Es, posiblemente, uno de los escenarios en los que se puedan conjugar los cambios en la paz regional hacia el exterior y la tranquilidad ciudadana hacia el interior del archipiélago; en dónde podremos preservar las realizaciones positivas del pueblo cubano durante todos estos años y desatar todo lo que hasta el presente lo mantiene atado, provocando la menor convulsión social posible.

Durante este ya casi medio siglo de totalitarismo se han producido, en diferentes momentos, coyunturas favorables a los procesos de cambio. Por una razón u otra se han perdido estas oportunidades. Ahora estamos frente a una nueva posibilidad. A la oposición pacífica cubana y a las organizaciones pacíficas prodemocracia de cubanos en la diáspora corresponde potenciarlas acompañados de la buena voluntad y el apoyo político-moral de la comunidad democrática internacional.

Sabemos que el camino que tenemos que andar aún está plagado de contratiempos y peligros pero estamos convencidos que, finalmente, con la solidaridad y la buena voluntad de los amigos de Cuba, como los que ahora mismo se reúnen, apoyando solidariamente la determinación del pueblo cubano por alcanzar el pleno disfrute de sus derechos y en la responsabilidad del cumplimiento de sus deberes, refundaremos, todos, la Nueva Nación a la que aspiramos.

Les deseamos éxitos en la cita que los aúna y en vuestros propósitos personales e institucionales.

Con el testimonio de nuestra alta consideración,

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General