Mensaje de Salutación al Congreso de la ODCA

La Habana, 11 de Noviembre de 2006.

Distinguidos representantes:

Ante todo reciban un cordial saludo con nuestros votos por el éxito del evento que los convoca y que decidirá, entre otros importantes temas, el futuro próximo de la dirección de la ODCA.

Esta, nuestra casa común, en la que nos sentimos entre iguales, más allá de las lógicas diferencias que nos puedan singularizar y que contribuyen a enriquecer la pluralidad democrática socialcristiana que nos identifica, tiene ante sí nuevos y continuados desafíos. La impronta de un reanimado socialismo populista democrático en nuestro continente nos reta. El mismo, heredero tardío del fracasado sistema totalitario soviético-cubano cuyo ejemplo, visualizado desde el exterior, en ocasiones embelesa; pero para quienes lo sufrimos por más de 47 años ha significado limitación de libertades, pobreza material y espiritual y pérdida de valores éticos. El elevado costo social que nuestro pueblo, angustiado y dividido, ha pagado, y continúa pagando, por lo que las autoridades llaman “logros del socialismo” —léase salud y educación gratuitas—, no es compensado y esto en ocasiones se soslaya. Una parte de nuestra comunidad hemisférica ha concedido un estado de gracia al régimen cubano, quizás por antigüedad, quizás por la ayuda que reciben en áreas muy sensibles para los más desposeídos, quizás para no herir susceptibilidades ante lo que a todas luces está por cambiar. Quizás porque Cuba ha sido considerada por 200 años demasiado pequeña y cercana a los EE.UU. para ser tratada con respeto de igual por muchos políticos norteamericanos, que no le perdonan su vocación de independencia y soberanía y castigan al pueblo cubano con todo tipo de acciones injerencistas que han ido desde el terrorismo y las agresiones armadas hasta al bloqueo económico más largo y cruel del que se tenga noticia en la historia con el pretexto de “liberar al pueblo cubano”. Esto es cierto, pero no justifica para nada la violación de los derechos económicos, civiles y políticos de nuestro pueblo.

La ausencia de alternancia en el poder ha marcado un síndrome paralizante en la sociedad que se ha ejemplificado en los últimos meses con la enfermedad del presidente Fidel Castro. El país está en ascuas a la espera de noticias sobre si habrá realmente sucesión o no; si continuará al frente del gobierno o si se realizarán cambios en la dirección del estado. Tras estas expectativas se ocultan los silenciosos deseos de muchos por una renovación pacífica de la sociedad, por cambios que contribuyan a consolidar una renovada república democrática realmente con justicia social y respeto a todos los derechos y libertades fundamentales.

Son muchas las áreas en las que los opositores pacíficos necesitamos del apoyo moral y movilizativo de nuestra comunidad latinoamericana, pero la más importante es la relacionada con los prisioneros de conciencia y presos políticos pacíficos.

Esta actividad necesita de la solidaridad de todas las organizaciones y partidos aunados en la ODCA y debe continuar privilegiándose.

Hay otra cuestión que deberá ser analizada por este congreso relacionada con la solicitud de obtener la titularidad de nuestra organización en la ODCA.

Consideramos que este reconocimiento por el congreso sería un acto de justicia al que tenemos derecho luego de 8 años como miembros observadores y que redundaría en una focalización diferente por parte de las autoridades cubanas a nuestra organización opositora pacífica.

Hubiésemos deseado compartir con ustedes y con nuestra representación este día de encuentros entre los democristianos de Nuestra América, pero a nosotros generalmente, no nos está permitido algo tan natural como es salir del país para luego regresar y continuar trabajando por el bien común de nuestro pueblo, por las libertades y la justicia.

Por esto y por mucho más nuestro compromiso y nuestra permanencia raigales por la democracia cristiana.

No queremos terminar estas palabras de salutación al congreso sin testimoniar nuestro reconocimiento a quién presidió la ODCA en los últimos dos periodos el Sr. Gutenberg Martínez Ocamica, buen amigo y colaborador de la causa cubana. Esperamos que el trabajo que desarrolló al frente de la institución continúe por los que lo sucedan en la presidencia.

Les deseamos éxitos a todos en las tareas del congreso y en sus propósitos y realizaciones personales.

Con el testimonio de nuestro respeto y compromiso,

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General