Reunión ODCA Área Caribe 2006

La Habana, 4 de Mayo de 2006.

Distinguidos delegados e invitados:

Ante todo reciban un saludo desde Cuba de la membrecía de nuestra organización opositora pacifica, con nuestros deseos de que el éxito corone los propósitos que se han trazado para el evento que los convoca.

El Proyecto Demócrata Cubano —Prodecu— arribará el 27 de noviembre de 2006 a su décimo aniversario de fundado. No han sido pocos los avatares por los que hemos transitado durante estos casi 10 años para consolidar una organización que, desde la sociedad civil independiente, trabaja por la democratización de la nación cubana. Y es que, como todas las instituciones que son contestatarias del régimen que detenta el poder en el archipiélago cubano por ya casi medio siglo, Prodecu no es reconocido por él. La Constitución y las leyes actuales del país están diseñadas para el ejercicio del poder omnímodo por un solo partido: el Partido Comunista de Cuba.

En el ámbito restrictivo en el que, de alguna manera somos tolerados o no según el caso, por las autoridades, hemos avanzado en la socialización de nuestro proyecto político, que se fundamenta en la búsqueda pacífica, desde la ética, de una transición plural a la democracia y el estado de derecho. Transición que reintegre la plena soberanía al pueblo cubano sin menoscabo de la independencia nacional.

En esta dirección Prodecu ha realizado múltiples acciones que van, desde una propuesta hecha a las autoridades durante el año 1997, nombrada Cámara Conjunta de Representantes, que fue apoyada por un número de organizaciones disidentes, tanto del interior como del exterior del país, y que ofrecía un marco para el diálogo político entre el gobierno, la oposición pacífica e instituciones civiles y religiosas, hasta un programa inicial para la transición a la democracia y el completamiento de la nación: la Plataforma Común. Este proyecto fue realizado conjuntamente con un grupo de organizaciones opositoras, de diferentes colores políticos y sindicales, desde la llamada Mesa de Reflexión de la Oposición Moderada, —organismo ahora inactivo en el interior de la isla, no así en el exterior—, y la cual continuamos promoviendo. Las autoridades del país, hasta el presente, no han dado respuesta, entre otras, a ninguna de estas propuestas.

En el área de la comunicación social hemos retomado nuestro boletín Renovación, en el afán de difundir opiniones sobre temas de actualidad, tanto nacionales como internacionales que hayan sido noticia, y brindar informaciones del interés de Prodecu. Esta publicación aparece en nuestra página web: http://prodecu.org. En este mismo orden de cosas estamos trabajando en la creación de un Centro de Comunicación Social que nos ayude a diseminar el pensamiento y la doctrina socialcristianos.

De igual manera, nos encontramos conformando nuestro Nuevo Programa de Gobernabilidad Democristiana.

Independientemente de que, como explicáramos con anterioridad, hasta el presente las autoridades cubanas no han sido receptivas a ninguna de las propuestas hechas por la oposición pacífica, a no ser para anularlas, no es menos cierto que los ambientes en los que la disidencia realiza sus actividades se crispan o no en la misma medida en que aumentan o disminuyen las tensiones desde el exterior, fundamentalmente desde la extrema derecha cubanoamericana o desde el propio gobierno de los Estados Unidos.

Si más de 47 años de implementación de políticas confrontacionales, en las que han sido utilizadas todo tipo de acciones punitivas contra Cuba, desde las económicas hasta las militares, pasando por la guerra irregular y el terrorismo no les han dado resultado, parece obvio que estas políticas han fracasado. No sabemos si la distensión, en el caso cubano, hubiera tenido éxito y quizás nunca lo sabremos, al parecer no al menos durante la actual administración norteamericana. El tema gira ahora alrededor de la transición versus sucesión, si son galgos o si son podencos. En nuestra opinión, esta diatriba nada aporta a la solución de la problemática nacional. Habría que darle una oportunidad a la esperanza; a la lógica de la negociación respetuosa; a la distensión y a la paz. Así, quizás, se podrían construir los ambientes de reconciliación que garantizasen la transición pacífica por la que Cuba clama en silencio.

No son, precisamente, ostentaciones de fuerza, que ya lamentablemente conocemos, lo que necesita nuestra área del Caribe. Más bien la voluntad política de apoyar el desarrollo de nuestra región, teniendo en cuenta la asimetría de las economías del área con la de los países poderosos. Es por ello nuestro deber promover, desde el estado de derecho, la educación, la salud, el combate a la corrupción y una economía social de mercado que basamente la gobernabilidad democrática y el crecimiento sostenido y sostenible de nuestros países y por ende de nuestra región. Y, lo que es más importante aún, el respeto irrestricto a Todos los Derechos Humanos para Todos. Los cubanos no estamos ajenos a muchas de estas urgencias, más bien estamos urgidos de ellas. Para esto trabajamos también los democristianos del Prodecu.

En cuanto a la violación sistemática de los Derechos Humanos, las autoridades cubanas poseen un expediente destacado. Actualmente hay más de 330 presos políticos y de conciencia en cárceles del archipiélago. Los llamados “actos de repudio”, realizados a la disidencia política, continúan lastrando la civilidad nacional. Y claro, la coartada: todos somos agentes al servicio de una potencia extranjera.

Es, en estos momentos, cuando más necesitamos de la solidaridad internacional y muy en especial de nuestra región, en cuanto a mantener el diálogo crítico-constructivo con las autoridades del gobierno cubano, para que este diálogo contribuya a sanear esta delicada situación. El aislamiento del régimen, a quienes realmente aísla, es al pueblo cubano, no a las autoridades. De ahí nuestro reclamo.

Con nuestros parabienes solidarios,

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General