Llamado

La Habana, 1 de Septiembre de 2005.

Luego del discurso pronunciado por el Presidente del Consejo de Estado Dr. Fidel Castro durante la celebración del 26 de julio último, se ha evidenciado un incremento en la socorrida práctica ilegal de hostigar a determinados ciudadanos cubanos mediante los llamados “actos de repudio”, realizados frente a sus domicilios o en plena vía publica por turbas, organizadas y protegidas por representantes de las autoridades y la ley.

El objetivo: amedrentar a pacíficos opositores políticos, periodistas independientes o grupos de mujeres, como las llamadas Damas de Blanco, conformado por madres, esposas y otras féminas, familiares de presos políticos y de conciencia que procuran, civilizadamente, la libertad de sus seres queridos.

Estos actos de barbarie, en los que no se toma en cuenta la presencia de menores, adolescentes o ancianos, tanto en las filas de las víctimas como en la de los víctimarios, no solo degradan la condición humana de quienes los promueven y ejecutan sino que constituyen un estigma para la conciencia social de nuestra comunidad nacional.

Por todos es conocido como se han ido degradando, en los últimos tiempos, los espacios de convivencia y disciplina sociales; manifestaciones de violencia y comportamientos inadecuados, protagonizados generalmente por jóvenes, afectan cotidianamente el orden público y la tranquilidad ciudadana. Es evidente que las referencias negativas de estos “actos de repudio” contribuyen en alguna medida a estimular, entre otras, esas conductas desaforadas y vandálicas.

El Proyecto Demócrata Cubano hace un llamado urgente a las máximas autoridades del gobierno de la República para que actúen con responsabilidad en la solución de este delicado asunto y proscriban la realización de estos actos repudiables a todo lo largo y ancho del archipiélago cubano, lo que constituiría un gesto de desagravio a las mejores tradiciones éticas legadas por nuestros padres fundadores y a la decencia nacional.

Exhortamos a la sociedad civil, a nuestras iglesias, a los cubanos todos, estén donde estén, a pronunciarse y a refrendar esta demanda cívica.

Solicitamos así mismo a las internacionales políticas, a las organizaciones de derechos humanos y a la comunidad internacional, en especial a la Unión Europea y a su actual presidencia: Reino Unido de Gran Bretaña, su solidaridad, apoyo y buenos oficios en el empeño por erradicar esta injusticia.

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General