Documento Taller STC

La Habana, 1 de Septiembre de 2005.

Estimados compatriotas de la STC reunidos en Santo Domingo:

Reciban un caluroso y fraternal saludo desde Cuba de los integrantes y colaboradores del Proyecto Demócrata Cubano.

El tema del taller que los convoca continúa siendo uno de los más interesantes por su importancia en el debate actual de todo encuentro entre cubanos: la transición a la democracia en Cuba.

En los últimos tiempos parece que este debate se ha ido polarizando, desde las diferentes variables que analizan el asunto en sí, hacia dos tesis contrapuestas: sucesión versus transición.

Nosotros tenemos otra visión del problema la cual nos proponemos compartir con ustedes.

En nuestra opinión, la sucesión forma parte del proceso mismo de transición y no es su antagónica. Esta singular transición cubana, que de alguna manera comenzó desde que se iniciaron los cambios en la conformación política del mundo actual, con sus avances y retrocesos, al parecer debe dar paso a la sucesión del poder real, para luego continuar avanzando en las diferentes categorías de su desarrollo: económicas, políticas y sociales, dirigidas a la construcción del Estado Nacional Democrático de Derecho al que aspiramos como primer destino de ese proceso.

Este enfoque de la sucesión, además de estar ella legislada y reglamentada en los códigos vigentes, responde a la percepción de la transición como proceso orgánico, pacífico, ordenado y gradual; como un recorrido, mas o menos traumático, entre dos puntos que fluctúan entre si, pero que forman parte del mismo camino.

Cuando se parte de estas consideraciones se despejan temores, se racionalizan estrategias y se aclaran intereses, pues alrededor de este crucial asunto se mueven otros planes basados en la confrontación y la violencia que conspiran contra la misma esencia pacífica de la transición a la cual hemos apostado.

Otro aspecto interesante y que contribuye a enrarecer los ambientes de la transición en la actualidad, son los estados virtuales de opinión. Recientemente se han venido escuchando declaraciones y pronóstico apocalípticos desde ambos lados del conflicto gobierno-oposición.

Esta tendencia al discurso apocalíptico en el tema cubano, de alguna manera influye en los estados de conciencia y opinión que luego apuntan a privilegiar soluciones extremas. De la misma manera que contribuyen a crear una realidad virtual que difiere de la realidad objetiva que sí se produce en Cuba.

Porque, mas allá de las circunstancias por las que atraviesa la oposición y, los atropellos, las injusticias, las carencias y dificultades de todo tipo que sufren los ciudadanos, hasta donde conocemos, en el archipiélago no existe ni vacío de poder, ni pérdida total de liderazgo, ni pérdida del control político y real de la sociedad; aunque sí una creciente concientización de la necesidad de cambiar el estatus quo imperante.

Los tiempos para el cambio son impredecibles. Nuestra visión del asunto es que se agilizarán en la misma medida en que se creen condiciones favorables tanto en lo político como en lo económico, tanto hacia Cuba como desde ella. Estas condiciones propiciarán los ambientes de confianza necesarios para motivar y acelerar las transformaciones que, mas temprano que tarde se realizarán, obligadas por las propias leyes del desarrollo general de las sociedades.

La transición hacia la democracia en Cuba sucederá, nadie lo dude. Para ella trabajamos todos en nombre de la paz, la solidaridad y la justicia.

Los invitamos a reflexionar y les deseamos éxitos en los resultados del evento que los reúne.

Fraternalmente,

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General