Mensaje a los Participantes en el VII Congreso del Partido Demócrata Cristiano de Cuba

La Habana, 26 de Octubre de 2001.

El Proyecto Demócrata Cubano, un propósito democristiano que impulsa nuestros mutuos valores y principios, los saluda en el marco de tan importante evento.

A tenor de la transparencia con que nuestra organización ha rubricado su recorrido políticamente constructivo al interior de Cuba desde su fundación y, en su interrelación, retroalimentación y colaboración respetuosa con nuestros correligionarios del Partido Demócrata Cristiano, es que se ha concretado el trabajo tesonero y tenaz que hemos desarrollado en la Mesa de Reflexión de la Oposición Moderada en Cuba y en el exterior durante los últimos 3 años.

Este quehacer fructífero y constante muestra sus credenciales: la Plataforma Común, un programa para la transición pactada y el completamiento de la nación; el Estado del País, que valora desde la pluralidad los acontecimientos más notables de cada mes; el Comité Pronormalización de las Relaciones Cuba-EE.UU., que pretende remover los obstáculos que impiden un acercamiento positivo y respetuoso entre ambos gobiernos y pueblos; la Cátedra de Estudios Sociales y Humanísticos “Padre Félix Varela”, institución para el debate académico y civilista; el evento Economía 2000 —auspiciado, precisamente, por la Cátedra—, que contó con la participación de diversos sectores de la sociedad civil y de integrantes de las organizaciones de la Mesa externa y, la tríada Iniciativas 2001, en el que aún nos encontramos inmersos, la cual ha generado seminarios, coloquios, conferencias, etc, y que se propone culminar con la confección, para el primer trimestre del próximo año, de una Carta Fundamental de Derechos y Deberes de los Cubanos.

Es cierto que al interior contamos con espacios plantados y fortalecidos con respeto y gradualidad; pero se nos embarga la posibilidad de trabajar con libertad cuando se nos permite, como una concesión gubernamental, lo que es un derecho inalienable de la persona humana.

Es por ello que para la clase política alternativa cubana, este encuentro que los convoca reviste un significado relevante: la cultura democrática que contribuimos a fomentar, ya sea en el universo democristiano o en el entorno omnicolor de la MROM, dimensiona nuestra labor en el derecho responsable de perseverar en el ejercicio democrático en congruencia con nuestro discurso moderado. En esta concepción, una mesurada exposición de nuestras percepciones pasa, necesariamente, por el análisis «del ser y el hacer» que nos reafirman en la práctica democrática. Somos moderados por convicción, no por estrategia política; y proseguimos en este empeño porque es además, el modo menos costoso para la reconstrucción de nuestra nación. Todos los que modelamos este diseño, tenemos el deber de no cejar en el ensanchamiento de este camino.

Que el Señor los bendiga y les prodigue éxitos en sus proyectos y anhelos partidistas, profesionales y personales.

Con la atestación de nuestro respeto,

firma

Rafael León Rodríguez
Coordinador General